Con la producción local de biocarbón hacemos frente a los retos de nuestro tiempo: superficies selladas, fenómenos meteorológicos extremos, consumo excesivo de CO₂. Esta materia prima única no solo mejora el suelo y, por tanto, es la mejor base para proyectos de arbolado urbano y desarrollo urbanístico, sino que también fija el carbono a largo plazo. De este modo, contribuimos de forma sostenible a reducir los niveles de CO₂ en la atmósfera.
Hagamos de este siglo un Siglo Sostenible, está en nuestras manos.